tendra unos 70 años, es físico, bueno, es muchas cosas, y y tiene muchas ganas de contar todas sus vivencias,
cuando comenzaron a llegar los primeros ordenadores, él empezo a informatizar todas las tareas aburridas y repetitivas, enseño a toda su empresa a utilizarlos, sacaba todo el potencial que podía de unas maquinas, por aquel entonces, con muy pocos recursos (poca memoria, casi nada gráfico, un bit era un tesoro),
nos conto que hace 30 años se imagino jubilado y no se veía en el bar, o sentado en un banco quejandose,
comenzo a coleccionar, su garaje es su museo, un museo apilado de tecnología que aún funciona, máquinas muy duras con las que todo se hacía de forma casi artesanal, había que calentarse mucho el coco para obtener, comparado con hoy, pequeños logros poco llamativos. Pero ahí siguen, no tienen apenas averías. Para muchos son chatarra, pero cuando trabajas en esto y no paras de tirar componentes que tienen un mes o dos, te das cuenta de lo que son buenas máquinas, de la importancia que tienen para entender el presente, tanto como un castillo romano, y ahora me encuentro rodeada de equipos de usar y tirar. Me da frío cuando veo que todo a mi alrededor es de usar y tirar. ¿Dónde habrá punto limpio para tanto? ¿Habrá punto limpio para el corazón?

Ver el entusiasmo que pone en su museo, la de historias que puede contar de cada pieza: cómo la consiguio, las anecdotas de dónde funcionan, la gente que conocio...... le mantiene joven, luchador y bastante rebelde, está metido en todos los frentes solidarios que puede, dice que apenas tiene tiempo, una subida al monte o a una torre vigia, una bajada a la marisma, un viaje, un catálogo para un archivo.........

su mundo no ha parado de crecer ni ha envejecido,

estoy cursi, lo sé, pero cuando todo me parece un desproposito, cuando echo de menos a los que no tengo, siempre aparece alguien así de especial que adopto en mi familia inventada, así echo un poco menos de menos a los que no tengo, a mi abuelo, a mi padre... en fín, hoy está nublado