(Foto en el CAC de Málaga, con RODNEY GRAHAM)
hay días que ni el gimnasio,
esto de tener el corazón hecho pedacitos es un tostón, de los gordos, de los de manteca colorá,
machacao, rojo, derramandose por todos los sitios,
yo no sé porqué el principe del desierto me creaba tantos castillos de arena,
¿porqué me dejaría yo quitar todas mis capas de cebolla?
y no me daba cuenta que cualquier terral le rompia una almena,
yo construyo pilares fuertes hasta en los castillos de los clic de famobil,
no consigo entender los pilares tan frágiles, los míos son de los buenos, como los de la catedral de Málaga,
que le ponen delante un pedazo de hotel y la tapan, ahí sigue ella, manquita y todo, pasandole los siglos, los humos de los coches y millones de turistas pisoteandola, y todavía le funciona el organo,
y todos los organistas de europa se dan tortas por venir a tocarlo.
Lo peor de este día es el desencanto y la puñetera desilusión, que hacen que ahora el tostón de manteca colorá que me ha dejado por corazón se esté envolviendo en una cáscara dura como un alcornoque,
dura y fuerte cómo los pilares de la manquita