Es Casa Antonio en Calle
allí te atiende el propio Antonio y su mujer,
un matrimonio y su negocio que llevan sobreviviendo a la globalización muchos años, esa estantería tan ordenada y limpita es digna de un cartel,
ni me acuerdo del primer tercio de Victoria que compramos allí,
las tortas de algarrobo, los barquillos, los dátiles, las patatas fritas paco,
la señora mientras nos llenaba la bolsa con los ingredientes nos contaba como hacer unas buenas lentejas,
el sábado entre, con pena y alegría,
la pena porque es mi malasombra desde hace un mes y medio,
la alegría porque nos reuníamos en casa de mi amigo,
nos despachó un queso blanco como el que me compraba mi abuela en el mercao Bailén,
me abrió las ganas de comer,
entro la merdellona, pegando gritos, con las mallas apretaicas, empujando, con un crío que se subía por las estanterías, ella comprando mayonesa, fumando y preña hasta las orejas,
mi Málaga en licras y chanclas,
me fui a escuchar pop a casa de Javi,
vi a todos mis amigos,
pasó el fin de semana,
hasta volvimos a cantar a los planetas, que espiral de mayo........
no sé que canción ponerle a esto