Ahí estamos el vargas y yo repaleando en el Guadalquivir, quince remeros y remeras de puente a puente.
Cada tarde, entre dos bajabamos las pesadas "yolas" de los muelles,
baja el bote, el bote está roto, sube el bote, otro bote, el bote hace aguas, sube el bote, otro bote....
despues del periplo de los botes y los cardenales que me han salido en las pantorrillas, casí sabemos remar, y un montón de pálabras nuevas:
chumacera, pantalan, repalear, popa, al garete.......

Escapadas:
Adela y sardinita se pasaron del puente de la barqueta a descubrir mundo,
nos descubrieron los remeros de competición, un bote con 10 tíos chillandonos
-la de rosa que no se mueeeeeeeeeeeeeevaaaaaaaaaaaaaaaa
en un plisplas se venian encima, ¿de dónde han salido?,
cerramos los ojos, nos aferramos a las palas, muy quietecitas,
en dos segundos nos esquivaron a mil kilómetros por hora, no sé como lo hacen, estaban cerca cerca, apunto de rompernos la yola en dos y enviarnos con los pato, y sssssssssssssssshhhhhhhhhhh fuuuuuuuuuuuuu, ni rozarnos,
-niñaaaaaaaaaaa te gusta la músicaaaa
-¿¿??
que envidia, se coordinan diez, mas que correr vuelan, reman como si fuese simple las quinientas ordenes que hay que darle al cuerpo, desde la mano al dedo gordo del píe, y encima tienen buena vista, para ver el tatu pequeño en el culo de una novata (sonrojo).
Las dos valientes, con mas susto que otra cosa, volviamos a refugiarnos en nuestro club de principiantes, cuando al barco de turistas le da por pasarnos dos veces,
olaza viene, olaza va,
pareciamos dos mosquitos agitando las alas todo lo rápido que podiamos para regresar,
a la vuelta,
el monitor nos gritaba, con su tono amable:
-os pongo un negativo, ¿tais locas?, no podeis pasar del pueeeennnnnteeeee.
Yo pensaba pa mis adentros: Adela, levanta la barbilla, sigue remando, como si no le escucharamos, y cómo si no estuviesemos acojonaicas ni rebentadas.
Más vale parecerlo que serlo
remeras del Guadalquivir