Hoy hemos llevado a los kikuyos a la piragüa,
no creo que saquemos ningún regatista de aquí, pero me he divertio viendo como se han dedicao a tirarse unos a otros al río, yo pensaba que así se ahorran una pasta en sicólogos, el contacto con la naturaleza, gastar la mala energía con los "inocentes" empujones sobre la canoa......... hasta que me toco, intente darle al remo todo lo rápido que pude, pero ellos sin técnica ni falta que les hace me alcanzaban siempre, a pesar de cerrar la boca muy fuerte, creo que me he tragao mi peso en agua, he vuelto arrastrando la mochila empapada, intentando creerme que este río tiene el agua buena, como me ha asegurado el gran monitor mientras me sacaba la piragüa de encima de mi cabeza por undecima vez, me decía.. mientras cierres la boca no te pasa nada.....
¡ai señó! si este hombre supiera lo cerraica que se me ha quedao,
me he acordao de cuando mi madre (en la foto en nuestro rincón preferido de la ciudad) me tapaba la naríz en la malagueta para darme una zampullia, y no se porque yo abría la boca, todavía tenía mucho que decir,
me conozco el saborcillo salao de nuestras costas al dedillo, igual tengo talento para eso, cata de agua de la costa, ¿existira?

Escucho a Andrew Bird, es lo que me toca. (¿Cuela que escribo del tiempo para no hablar de nada?)