Saturday, February 28, 2009

pues allí estaban en el azul Teatro Cervantes, Marina y Jorge, intentando encontrarse en la playa, mientras Carlos Alvarez no pudo cantar, a pesar de todo, escuche lo de "a beber a beber y a apurar que el vino hara olvidar las cozes del amor...."
son de estas cosas que me dan raices, sardina con raices (sardina kuntakinte, ¿cómo te llamas? Sardinaaaaaaa), esa continuidad en el tiempo, ese perdurar,
la he escuchado desde pequeñita, en casa de mi abuelo, y hace tititantos años en el mismo teatro, con un Carlos jovencito empezando a despuntar,
ayer con mi supermadre y Teo, ya todos con canas, las mías se han vuelto negras, las de mi madre rojas, y las de Teo le sientan estupendamente (lo que se ahorran los canosos interesantes en tintes),
despues de las tapas rodeados por las cajas negras con los instrumentos de los músicos,
nos contaba María el viaje por Casablanca, de una maestra con 60 años que trabaja allí, cuando se murío su pareja, oposito al exterior, y el mundo no se le queda pequeño, lo abarca entero, en mi cabeza sonaba sin parar marineeeerooooo, y ese Jorge bebiendo para olvidar que Marina está con otro. Siempre me da esperanzas saber que puedes cambiar de rumbo y recomenzar la vida si la de aquí se queda vacia.
Hoy al ir a entrenar a Torremolinos con JC nos hemos encontrado el polideportivo envuelto en alfombras rojas, lujo con cartón piedra, de las vigas colgaban grandísimas arañas de cristal, mucha gase y mucho miriñaque, entre un montón de bailarines de tango y mambo, bailando por los pasillos, en los servicios, junto a las taquillas, con mucho maquillaje y brillabrilla :O
JC y yo nos mirabamos para asegurarnos que estabamos despiertos y no nos había absorbido una pelí de AlfredoLanda, al final conseguimos llegar a las mancuernas, en una sala los mulos entrenando vestidos con decathlon, en la otra sala el concurso internacional de bailes de salón,
hay muchos universos paralelos.
Hemos viajado por Berlín y Cadiz con las fotos de JC y Juan, me gustan las tardes de sábado en casa con pandilla,
por la noche me he tomado unos vinos con un amigo que ha cambiado el norte por el sur, por nuestra playa, imagino lo que tiene que ser desayunar un domingo mirando la desconstruida costa, los montes junto a la orilla, y ponerse a bracear entre las olas hasta gastar el bocaillo de jamón con aceite, con esta luz que hay en invierno, cuando la costadelsol no está invadida de gente. Tiene que ser un buen día.
Siempre he pensado que mi madre nos puso los nombres por la opera esta, Jorge y Marina. Nos da un puntito exótico en la familia.