Al fondo está el mar. Con la churri cámara no se pilla.
Una esquinita del centro.
En el border, o edge, entre Brighton y Hove. Es la única casa que tiene los balcones cuadrados, todos son redonditos. En este lado de la calle le cayó algún bombazo en la WorldWar y fulmino alguna que otra casa. Los brightonianos (over 50) se acuerdan.
Chicken en la Kitchen.
Las semanas pasan volando, como los Birds del jardincillo que vienen a comer el picoteo que les deja el LandLord.
Trabajo, estudio, gimnasio (estoy aprendiendo tela de vocabulario fitness) y el papeleo para mis jefes (que les gustan los millones de páginas que no se leeran jamás).
Lo más "durillo", esta vida de estudiante. Lo mejor, todo lo demás.
Lo más raro, buscarse la vida, todo el rato, para todo, sin brújula, sin que te lleve la corriente.
Ahora, pegadita a la central heating, como una lagartijilla, pegada, pegada.