Lo del reciclado no lo llevan muy allá.
El ayuntamiento hace campañas pero pone pocos contenedores, los humanos son flojos por naturaleza, pueden recorrer millas para ir al pub, pero para dar un paseito cada noche hasta los contenedores de colores...si no es para fumarse el cigarrito o sin perrito que pasear.... pues que no.
Sólo te ves paseando las bolsas a cuatro mataos, nos saludamos con cara de "menos mal, ahí va otro", y te sientes menos idiota. Nos falta llevar poncho, margaritas en el pelo e ir cantando a Labordeta (aquí a Sir Labordeichon).
Es curioso lo que es una costumbre, no sé la de años que llevo separando los papeles de los plásticos de las latas, creo que pasa de hábito a manía, el caso es que ahora cada véz que echo todo junto al contenedor me agarra la culpabilidad, como si fuese a provocar la lluvia acida y me estuviese cargando todos los montes de Brazíl.
La lady de la casa hace estos gorritos con trozos de viejos jerseys.
Eso si que reciclan aquí, la ropa, 2ª mano, Charities shop las llaman, hay miles en la calle central (la calle Real :)).
Motivo de las charities: recaudar fondos para la lucha contra el cancer, orfanatos, los gatos abandonados, los pescaos desaparecidos, los pajaros caídos..... mil y una asociación con su tiendecita correspondiente.
Incluida la de Oxfam, que no se parece en nada a las de allí, aquí es una charity más.
El jueves entro a trabajar en ella durante unas horas, no me ha vuelto la fiebre de salvar el mundo (tiré la toalla hace tiempo), ni me estoy convirtiendo en Bree Van de Kamp, ni mucho menos, lo hago por listening and speaking.
Uy, ¿no será que el colegio público, laico, mixto y gratuito además de hacerme estudiar me hizo una niña bueeeeeeena?