Esta noche es triste, vuelvo a escuchar al Sabina, para acompañar en la vuelta por el desaliento,
acabo de ver cómo se arrojaban mis besos, abrazos y el corazón por un pozo
¿cuanta agua cabe dentro de mis ojos?
Más vale que no tengas que elegir
entre el olvido y la memoria,
entre la nieve y el sudor.
Será mejor que aprendas a vivir
sobre la línea divisoria
que va del tendio a la pasión.